Una vez escuche a Carlos Cano, poco antes de consumir la prorroga que la vida le regalo, que los hombres tenemos la obligacion de mantenernos firmes en la búsqueda de la Felicidad y que el indicativo de que lo estamos haciendo bien, es sentir continuamente que lo mejor esta por venir.
Hoy no es asi para todos, existe un grupo cada día mayor de nuestra sociedad compuesto por hombres y mujeres, españoles de origen o inmigrantes, técnicos o trabajadores manuales que estando convencidos de que su vida era plena y estable, mas allá de la madurez, han perdido sus trabajos o sus negocios en los últimos dos años. Son gente acostumbrada a pagar sus facturas, a satisfacer las necesidades de los que quieren y a ser su faro, el que mantiene la referencia de la costa cuando se desata la tormenta en la noche. Esas mujeres y hombres perdieron primero su fuente de ingresos y con ella la posibilidad de atender sus obligaciones y sin ella pronto perderán sus casas, y ya solo les preocupa que los suyos coman cada dia. Hace mucho tiempo que no salen de compras, ni se reunen con los amigos a tomar una cerveza, hace años que no celebran sus cumpleaños, ni ven el brillo en los ojos de los suyos al hacerles un regalo e incluso a estas alturas dudan que alguna vez su vida fuera diferente.
Ayer, quienes nos representan y representan la única y ultima Esperanza de esos hombres y mujeres y sus familias, aquellos que acuden solícitos y sonrientes al rescate de Bancos y Potencias extranjeras del primer mundo, aquellos a los que probablemente nuestros modernos parias les concedieron, con su voto, la capacidad de cambiar las cosas, de protegerles; esos cobardes al fin, han decidido dejarles solos, a ellos, a los mas débiles y abandonarles condenandoles a la mas que segura " EXCLUSIÓN SOCIAL "
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