Memorias de Carpago

Cada dia sentimos de una manera diferente y se convierte en nuestro centro de gravedad una idea distinta, un pensamiento irrefrenable que hace desaparecer el negro miedo que ayer nos invadio o la exultante alegria y optimismo que nos elevo.

sábado, 18 de diciembre de 2010

EL CALOR DE LAS REDES SOCIALES

              Yo solía pensar que nunca utilizaría las llamadas redes sociales, y que por tanto no cedería a la tentación de arrebatar al contacto humano directo y personal el protagonismo de mis relaciones humanas, pero lo cierto es que desde hace unos días me he convertido en un perfil mas de "facebook" y en una nueva fuente de opinión o información en "twitter".
              Explicare que la causa de mi decisión de abrirme a circular por estas nuevas autopistas para la humana interrelación fue el anuncio de Mark Zucherberg, el fundador de facebook, de que donaba a diferentes ONGs la mayor parte de su fortuna personal estimada, a sus solo veintiséis años, en casi siete mil millones de dolares; y es que yo creo que alguien que hace algo así, seguro que lleva también el espíritu de sus principios a todas las facetas de su vida.
              Pero a partir de ahí, de convertirme en un usuario mas de las redes sociales, he comenzado a entender los fundamentos básicos que las impulsan, y que de su uso sensato y natural deriva un inmenso flujo de relaciones humanas ágiles y espontáneas, sin obstáculos artificiales, sin condicionantes sociales o marcadores políticos, y que gracias a ello se convierten en un foro real de debates de todo tipo accesible para todos, y entre personas que nunca han cruzado sus caminos, ni lo podrían hacer en su vida personal en directo.
              Estoy disfrutando mucho en algunos ratos en los que debato sobre diferentes temas en twiter, temas en muchos casos intrascendentes como el fútbol y su entorno o la política, pero también he abandonado la discusión alguna vez, ante el cariz verbalmente violento o xenófobo o sexista que tomaban, en sus erróneas defensas a ultranza, algunos forofos de sus colores futbolisticos u otros que no ven limites al ataque furibundo al adversario político; pero aun así he de reconocer que esos son excepción, y que el debate franco y respetuoso, no exento de critica directa y personal, lo es esencialmente desde el respeto.
              He descubierto en fin una especie de solidaridad, muy extendida entre los internautas, que nos permite a todos volcar alegrías y frustraciones en nuestras entradas y twits, obteniendo en el peor de los casos un silencio complice y en el mejor una respuesta, a modo de guiño, que nos hace sentir en compañía.
      

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