Memorias de Carpago

Cada dia sentimos de una manera diferente y se convierte en nuestro centro de gravedad una idea distinta, un pensamiento irrefrenable que hace desaparecer el negro miedo que ayer nos invadio o la exultante alegria y optimismo que nos elevo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

OS INVITO A MI CENA IMPOSIBLE

               Permitidme hoy la licencia amigos mios, de aparcar el compromiso social y el político y por que no, también mi torpe viaje al interior de los hombres, para abandonarme por completo a la que es la peor de mis debilidades, una gula revestida de lujuria en mi caso, para dar satisfacción a gustos adquiridos en los mas de cincuenta años que ya he consumido; culturas gastronómicas absorbidas en mi infancia o en la madurez en sitios en los que viví, o en los viajes que he disfrutado, compartidas en la sencillez de los fogones familiares, o en la sofisticada complejidad de grandes restaurantes, desarrollados con el amor a la tradición, o creados, después elaborados y después servidos con la protocolaria perfección del rito; permitidme al fin que, tras desearlo largamente, os proponga su disfrute junto a mis mas especiales invitados.
               Soy un convencido de que la mejor cocina nace de los mejores productos, pero también milito en la idea de que para extraer de ellos todo su potencial excelencia, es imprescindible atender con mimo a su preparación, y que en consecuencia quien mejor los elija, para después mejor prepararlos es nuestro mejor cocinero, así  al menos me lo inculco uno de mis abuelos, el materno, que enriqueció en vida con sus conocimientos un gremio, el de los cocineros, que en aquel entonces no estaba tan presente en la vida publica; pero también mi otro abuelo, medico por mas señas, me inicio en los benéficos efectos del bien y del buen comer.
                Un ciudadano del mundo que haya tenido la oportunidad de conocer España no volverá a recibir a sus invitados de otra manera que no sea con un buen jamón de pata negra y criado con bellota, de Salamanca o de Huelva da igual, en su justa medida vetado, finamente laminado por un cortador de oficio; junto a el, una manzanilla escanciada y fría o una cerveza de barril tirada lentamente para así espumarse en la medida apropiada, serian el adecuado aperitivo para generar ese ambiente desenfadado y alegre que nos dispone para compartir mantel y sentimientos.
                Sentados ya a la mesa, dispuesta de manera que ayude la fácil comunicacion de todos con todos y no por vecindad, servirán una bandeja para cada uno con los mejores regalos que el Océano Atlántico y el Mar Cantábrico nos pueden ofrecer; en cada una dos ostras recibidas desde la costa bretona de Francia sobre un lecho de hielo picado, dos andaricas llegadas de Asturias vivas y un puñado de percebes gallegos recién cocidos, todavía templados, como debe ser; sin dejar que el entusiasmo  se rebaje ni un instante, y posadas sobre la mesa, todas a la vez, aparecerán ante nosotros unas pequeñas cazuelas de barro tapadas, humeantes y para nuestro asombro al descubrirlas, ahí estarán las reinas del Cantábrico, las angulas, casi crudas, sumergidas a puñados de cien gramos en el aceite de oliva virgen hirviente ,con ajos y  su guindilla, manjar de los manjares, bocados cortos y delicados, con tenedor de madera, que suponen efímero placer. marisco y angulas encontraran su perfecto complemento en un cava de autor, extra seco y muy frío, que llevara al éxtasis todas las sensaciones provocadas.
                Por fin les pieces de resistences (francés) o the main course (ingles), es decir los platos con mas fuste de nuestro festival religioso, una moderada porción de un magnifico besugo sin las espinas, con su punto negro, hecho en horno al estilo de mi Madrid natal y acompañado de sus bolitas de patata, hasta que finalmente nos sorprende el ácido aunque suave y dulzón aroma de nuestra ración de pavo escabechado, guisado muy lentamente a la forma tradicional de Castilla; un vino blanco joven y frío del Ampurdan y uno tinto envejecido en barrica de roble, durante cuatro años, de la Rioja alavesa les acompañaran del brazo hasta el altar.
                 Amigos mios, mientras degusto el fantástico soufle flambeado, no puedo sino mirar las caras de mis felices comensales y pensar que nada acerca mas a los hombres buenos que un buen fuego, una generosa copa de vino y los mejores manjares de Dios, buscados, preparados y compartidos con Amor y Alegría.
Os deseo una cena mucho mas sencilla, pero acompañada de todos los que queréis.
FELIZ NOCHEBUENA PARA TODOS.
            

3 comentarios:

  1. Eres un sibarita de los pocos que aún quedan, ya que la juventud no sabe comer otra cosa que bocadillos y comida rápida americana. Como mucho entienden de espaguetis blancos, cocidos y con una rociada de esas de ketchup o similar.

    De tu exquisito menú modificaría el tercer plato, ya que el pavo lo considero bastante sinsorgo en sabores, y lo sustituiría por un buen trozo de cordero lechal asado y tierno o una chuleta de 600 gramos de ternera del Baztán.

    Para mi gusto, el besugo lo prefiero asado en una besuguera y rociado después con un chorrito de aceite y ajos muy picados y muy tostados.

    El postre, souflé flambeado, ya no lo saben hacer en casi ningún lugar incluídos restaurantes de 3 estrellas Michelín.

    Un plas, plas, plas por este menú.

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  2. Javier, no has probado mi escabeche de pavo, en una olla grande aceite hasta el borde, una botella de vinagre de vino, especies, ajos, un pimiento entero, cebollitas francesas frescas y chup, chup, durante cuatro cinco horas y se come templado tres dias despues.
    El souffle, si vas por Madrid en Lardhi, despues de un cocido y con buñuelos de manzana.
    En lo de lo del besugo totalmente de acuerdo.
    Lo haremos posible juntos alguna vez. Gracias

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  3. Hola Carpago, paso a Felicitarte las fiestas y tengo pendiente una visita en profundidad para conocerte mejor. Como veras he entrado tarde y mañana a las 6 estoy arriba.

    Un cordial saludo.

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