Memorias de Carpago

Cada dia sentimos de una manera diferente y se convierte en nuestro centro de gravedad una idea distinta, un pensamiento irrefrenable que hace desaparecer el negro miedo que ayer nos invadio o la exultante alegria y optimismo que nos elevo.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

REFLEXIONES DESDE MI ESPERANZA

                    Decía Víctor Hugo, el novelista francés del siglo XIX, que el futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.
                    El presente no existe como tal, existe el de cada uno de nosotros, único en todos los casos. Una mujer o un hombre padecen o disfrutan, hoy y en soledad, circunstancias que marcan la visión que de su propia existencia tienen  el mismo y los que le rodean; algunas son compartidas, como su relación de pareja o el desarrollo de sus hijos o su situación económica, pero otras, por el contrario, son individuales e instranferibles y así su salud, su nivel de satisfacción ética y moral consigo mismo o los logros profesionales obtenidos en base al talento que uno cree tener o haber recibido, y como consecuencia el lugar que la sociedad le otorga.
                     El pasado es pasado, pero no tanto, pues marca nuestro carácter, afianza nuestras virtudes o las caricaturiza, alimenta nuestros miedos hasta engordarlos y hace nacer en cada uno de nosotros la  desconfianza en los hombres, en unos hombres a los que hacemos responsables de todas nuestras pasadas caídas y del dolor que nos infirieron.
                     Y con esas alforjas nos enfrentamos a la parte mas importante de nuestra vida, al futuro o por mejor decir a nuestro Futuro. Y recordando la profunda, y a la vez tópica e infantil reflexion de Víctor Hugo nos reconocemos a nosotros mismos como valientes, nunca como temerosos ni débiles y soñamos con nuestras oportunidades.
                     Yo, al contrario que el novelista francés, pienso que todos somos las tres cosas, y que a pesar de nuestra debilidad y de nuestros miedos, gestados en mil frustraciones e incomprensiones, presentes y pasadas, prevalecera la valentía que nos permitirá seguir persiguiendo nuestra gran Oportunidad hasta encontrarla, y que si esto nos ocurre mas tarde que pronto, la sabremos reconocer y aprovechar con todo el conocimiento y la experiencia que de nuestro pasado y nuestro presente hemos extraído.
                     Por eso soy optimista, por eso yo tengo Esperanza, por eso se que el caos colectivo que nos rodea hoy, pasara, y que dará paso a una sociedad nueva, la del siglo XXI, la nuestra, distinta, mas abierta aun, menos egoísta individualmente, mas tolerante colectivamente, y en la que cada uno encontraremos, seguro, nuestra mejor OPORTUNIDAD.

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