Memorias de Carpago

Cada dia sentimos de una manera diferente y se convierte en nuestro centro de gravedad una idea distinta, un pensamiento irrefrenable que hace desaparecer el negro miedo que ayer nos invadio o la exultante alegria y optimismo que nos elevo.

domingo, 12 de diciembre de 2010

DE LA BIZNAGA Y LA AMISTAD

              Amaury Perez, en los años sesenta, poco después de fundar la nueva trova cubana, con su amigo Silvio Rodriguez, cantaba que un amigo es un amigo hasta que no te demuestre lo contrario; Amaury cantaba la verdad, y seguramente lo hacia desde el dolor de quien se siente abandonado por quien nunca pensó, pero si le hubiera escuchado Pitagoras, que no podía, en su siglo VI a.d.C. vital, le hubiera contestado: escribe solo en la arena las faltas de tu amigo, y por fin, un viejo refrán anónimo, le hubiera recomendado que no intentara recuperarlo, pues amigo reconciliado, enemigo doblado.
              Yo como Amaury, desde la fe y el ejercicio convencido de la Amistad, he llegado con el transcurso de los años a la convicción de su fragilidad, en especial en un mundo como el de hoy, en el que un sinfín de intereses y conflictos de todo tipo, económicos, políticos o profesionales, nos impiden, en la mayoría de los casos, mirar mas allá de nuestros propios pasos.
              Cuando caemos por las causas que fueren, tras resentirnos y comprobar nuestros daños, cuando miramos a nuestro alrededor buscando la mano amiga que nos ayude a reincorporarnos y retomar el camino, solo alcanzamos a ver a nuestros amigos en la lejanía, en el mejor de los casos, volviendo la vista atrás para animarnos a seguir y pocos son los que paran su marcha y vuelven atrás para retomar el camino con nosotros.
              La Amistad, para mi es como las flores, de muchas especies, colores o formas; unas silvestres que nacen en un proceso natural y sin intervención alguna, por generación espontánea, sin precisar cuidados ni tratamientos, y así la bellisima amapola o la margarita; Otras precisan ser plantadas y cuidadas, podadas y abonadas, para finalmente surgir en su extraordinaria belleza como la rosa o el tulipán, y finalmente las hay que son el resultado del mimo del floricultor, culminado con el trabajo de la artesana, y estas en Málaga las conocen bien, pues la mas bella es la biznaga para la que primero hay que ir a buscar en el campo las infrutescencias secas de la zanahoria silvestre, luego limpiarlas e ir insertando en cada palito los jazmines cultivados con mimo y recogidos a las siete de la tarde; el resultado una bola blanca maravillosamente bella que al anochecer se abre y nos invade de característico olor.
               Pienso que el origen de la amistad, y sus circunstancias, no afectan a su belleza, ni a su duración o solidez, pues creo que, como las flores, acaba desembocando en una explosión de color y luminosidad, con independencia de los cuidados o trabajos requeridos; pero también pienso que cuando se seca, se seca y no nos queda sino seguir nuestro camino, eso si, con la esperanza puesta en la próxima primavera.

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