Memorias de Carpago

Cada dia sentimos de una manera diferente y se convierte en nuestro centro de gravedad una idea distinta, un pensamiento irrefrenable que hace desaparecer el negro miedo que ayer nos invadio o la exultante alegria y optimismo que nos elevo.

lunes, 10 de enero de 2011

LA HISTORIA DE CARPAGO

             Mi buen amigo Carpago llevaba unos días perdido, y además silencioso, yo que le conozco bien le hacia entregado en sus mil y una batallas contra situaciones, que a duras penas tienen mas solución que la cercana compañía, o quizás inmerso en su melancolía habitual en estas pasadas fechas, hasta que preocupado me hice el encontradizo, y escrutando en sus otrora verdes ojos, le pregunte si necesitaba algo, que si se encontraba bien, que porque buscaba estos días una soledad que tanto temió siempre y un silencio que hasta ahora no le había conocido, el hundiendo su mirada en el suelo suspiro para luego perderla en la infinita lejanía del mar acompañando su gesto de un silencio que me heló el corazón.
              Carpago, del que nunca he hablado, es alto y todavía moderadamente esbelto, es bien parecido aunque los años que ya han comenzado a teñir de gris su abudante pelo, también han hecho su efecto sobre sus marcadas ojeras; es alegre y optimista, y soñador y entusiasta en todo lo que hace; mucho mas inteligente que yo, se preparo con esfuerzo para un futuro que a todos se les antojaba de oro; curso su carrera de Medicina en la disciplina que el corazón y la vocación le impuso, yo le conocí entonces en un Hospital, no se dejo vencer por la imposibilidad de ejercerla, muy al contrario continuo su formacion universitaria en materias tan alejadas de la suya como necesarias para el éxito en unos tiempos, los primeros de la democracia, que exijian un gran compromiso de todos para adaptarnos y aportar lo mejor al desarroyo de un país que comenzaba a desperezarse.
              Los que le rodeábamos nos vimos sorprendidos por su desparpajo y naturalidad al moverse en el pantanoso mundo de la economía, las finanzas y los negocios. Se fueron sucediendo, durante veinticinco años, etapas sucesivas en las que Carpago, permanentemente, subía el listón de su rendimiento y éxito mas y mas cada vez, cambio varias veces de empresa y docenas de veces de residencia, allá donde le necesitaban por su capacidad de adaptacion y destreza en la resolución de complejas situaciones, allí acudía ilusionado y con precisión matemática y destreza milimetrica deshacía el ovillo en un tiempo siempre menor al esperado.
              A su capacidad de trabajo solo se superponia, y ello era su orgullo, la lealtad, y así fue dejando pasar sus mejores y mas fructíferos años, trabajando, sin grandes premios ni sueldos excesivos, solo lo justo, lo necesario para bien vivir, sin mas demandas, seguro, desde lo mas profundo de su corazón, de que llegado el momento recibiría para el y los suyos, el fruto de tanto sacrificio, de tanto esfuerzo, de tanta disciplina.
              Pero con el tiempo, como siempre sucede, llegaron los enemigos y las dudas, y seguramente los errores, y con ellos las largamente esperadas traiciones, y la soledad, y el olvido, y la inquina y el desprecio; nadie sabia explicar bien porque, pues mi Amigo tuvo por principal defecto no saber decir que no, y por tanto todos alguna vez recibieron su ayuda o su consuelo, su apoyo y su influencia.
             Yo he conocido a muchos que todavía hoy, años después, le critican, y cuando les preguntas ¿porque? no encuentran respuesta, balbucean o se callan; aun así, mi buen amigo conserva la esperanza, y cree firmemente que su experiencia y su largo conocimiento van a encontrar, un día de estos, el acomodo útil en tierra fertil y necesitada que haga posible otras ricas cosechas.
              Pero hoy, como los menos de los días, por alguna perdida razón que solo el conoce, hoy ha vuelto a mirar atrás, ha recordado el tiempo perdido, la lealtad derrochada, la ilusión extinguida y ha llorado;  
            
    

2 comentarios:

  1. Envidia.
    Se odia a la gente cualificada y eficaz.

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  2. Si, Amigo mio, y ademas a los cincuenta años se les presenta como de vuelta, sin motivacion y con ausencia de una ilusion que hizo posible el paso de la España de los 70 a la que hoy es a pesar de la Crisis.
    Gracias.

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