No esta de mas, de vez en cuando, recurrir a un racional ejercicio de política ficción, o de futurologia aplicada, y en tal sentido realizar un viaje en el tiempo que nos sitúe en el panorama aproximado que viviremos dentro de, mas o menos, dieciocho meses en España si se cumplen todas las previsiones políticas que las encuestas vaticinan y que el clima de crispación, a veces irracional, hace aconsejable.
Parece lógico pensar que para entonces un nuevo Gobierno acabara de tomar las riendas del poder ejecutivo, también seria realista determinar que este saldría de las filas del Partido Popular y que incluso gozaría de una mayoría cómoda para hacerlo; fijemos también la idea de que nuestra economía, por propia inercia de recuperación, seguiría iniciando muy lentamente el camino del crecimiento, manteniendo, eso si, un mas que probable y persistente desempleo; es bastante previsible que el Partido Socialista viva días de relevo y de renovacion de su cuadros dirigentes, y que en consecuencia este mas centrado en la construcción de su futuro que en la oposicion al Gobierno, y finalmente y tras la progresiva degradacion de ETA y la incomparecencia de la izquierda abertzale en las urnas, y consecuente concentración del voto nacionalista, tanto Euskadi como Cataluña, estén gobernadas por PNV y CIU, haciendo valer estas formaciones sus votos para frenar la tentacion conservadora de una vuelta al centralismo tan ensalzado ultimamente.
¿Como serian esas primeras ruedas de prensa del nuevo Gobierno?,¿que medidas anunciarían?,¿con que formaciones políticas negociaria sus planes de acción tan largamente anunciados como secretamente escondidos?.
Teóricamente hay cuatro formas de actuar desde el poder publico contra una crisis (Keynes) y todas deben buscar el aumento de la llamada Demanda Global; podrían intentar actuar sobre el consumo de los particulares intentando aumentarlo y así mismo podrían poner en marcha medidas tendentes al crecimiento de la inversión de las empresas; la tercera vía seria aumentar la inversión publica y para terminar solo les quedaría actuar para potenciar nuestra presencia en el exterior mediante las exportaciones.
Si suponemos que para esas fechas solo hubiera cuatro millones de parados, se convierte en altamente difícil mejorar de forma significativa el consumo de las familias, salvo que desanimemos el ahorro con medidas fiscales; la situación del sistema financiero, escaso de liquidez, hace también poco verosímil el éxito de actuaciones que faciliten sus niveles de financiacion a las empresas, salvo que se les inyecten los fondos necesarios; la tercera formula, el aumento de la inversión publica esta completamente descartada por nuestras obligaciones presupuestarias ferreamente limitadas por los acuerdos de la Unión Europea y si ese Gobierno tiene depositada su esperanza en el crecimiento de las exportaciones me parecerá bien, pero le recordare que el camino sera lento al estar gran parte del mundo en una situación parecida y la otra encarnada por países no demasiado afines y largamente criticados por el PP, como Brasil o China.
En otro orden de cosas, los mas que previsibles pactos de legislatura con fuerzas nacionalistas ponen en tela de juicio la posibilidad de que un Gobierno del PP pueda reformar el marco autonómico o su financiacion, y la fuerza de una realidad consolidada impediría con toda seguridad actuaciones restrictivas sobre la ley del aborto o el matrimonio gay u otros avances sociales.
¿De verdad esos exaltados analistas y tertulianos creen que pronto todo lo que no les gusta desaparecerá?,¿Mariano Rajoy les ofrece una imagen lo suficientemente ilusionante como para pensar que con la marcha de J.L.Rodriguez Zapatero comienza el nuevo amanecer?, ¡ojala!, yo así lo deseo, pero mi ejercicio de política ficción no me ha dado sino para fortalecer mi convicción de que lo que no hagamos los ciudadanos.........¡na de na!.
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