Memorias de Carpago

Cada dia sentimos de una manera diferente y se convierte en nuestro centro de gravedad una idea distinta, un pensamiento irrefrenable que hace desaparecer el negro miedo que ayer nos invadio o la exultante alegria y optimismo que nos elevo.

martes, 1 de febrero de 2011

" EL ESTRES " UN DIA CUALQUIERA

            Esta claro que hay días y días, y aquel no era de aquellos que resplandecen y permiten mostrar nuestra mejor versión, y no lo era a pesar de lucir un cielo azul esplendoroso, y de no contar en la agenda con ninguna engorrosa prevision, pero un poso de amargura amenazaba sus presagios, como temible premoción, de una inesperada situación; al menos, esa sensacion tuvo nuestro protagonista al salir de su casa como cada día, a las nueve en punto, camino de un trabajo que no dejaba de darle motivos de sincera insatisfaccion.
            Después de coger su coche y arrancarlo, un único momento de impulso renovador hasta que por fin inicio la marcha todavía bajo los intimidadores efectos de la inexplicable presunción, era martes, y la jornada seria larga y densa, le esperaban la tensión, la paciencia y luego la determinación, la diplomacia, la firmeza y para culminar el día la mas que probable decepción, pero el siempre sabia recibirlas y domarlas y convertirlas en armas de construccion frente a los demasiados adversarios que el dinero y la envidia, armaban crueles a su alrededor.
            Por fin en el despacho y toda la gente lista para la reunion, unos quieren privilegios y los exigen, otros le recomiendan prudencia, la que nunca utilizan en su gestión, y los mas decisiones que favorezcan su propia cuestión, y todos al fin se olvidan cuanto son dos mas dos; el nunca pierde la calma siempre modera y modula y sabe frenar los airados impulsos de los que no tienen razón, solo ceja cuando mienten y calumnian y traicionan sin comprender su razón, y les para y  les convence y retoman su discusión, hasta que por fin todos buscan juntos la solución, acordada, no impuesta, fruto de una común reflexion; y así va pasando el día, de situación en situación, hasta que por fin llega el momento del descanso y la recuperación de una mas fresca y renovada y quizá esperanzada visión, y nuestro amigo se retira a su muy cálido refugio interior, mañana sera otro día, Dios lo quiera, por favor.
            Vuelve a casa sosegado, ya libre de confusión, soñando con su gente, la que le da el calor, la que le comprende, la que sufre su dolor y la que no deja de decirle que no entiende su devoción, pero que le apoya, les lleve a donde les lleve tanta firme convicción, y no sabe nuestro amigo que le lleva, sin alternativa a la mas ingrata falta de comprension, y ya ha llegado a su casa y se quita el chaqueton y se retrepa en la silla y se congratula pensando que mañana, mañana sera mucho mejor.  

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